Scala Dei Massipa Vertical
Con esta selección especial, tienes la oportunidad de catar 4 añadas diferentes de un vino clásico de Cellers de Scala Dei: 2014, 2015, 2016, 2017, 2018 y 2019.
Massipa es la reedición de uno de los vinos que, en el pasado, elaborábamos en nuestra bodega. Entonces lo llamábamos «Blanco de Scala Dei». Con Massipa pretendemos mostrar la cara fresca de la garnacha blanca del Priorat. Tras probar algunas botellas de este vino de 1991 y comprobar lo bien que resistía al paso del tiempo, decidimos volver a elaborarlo para ti.
- Robert Parker 2018: 93 puntos
- Robert Parker 2017: 93 puntos
- Blanco
- Crianza
- Fresco
- Complejo
- Coupage
- Elegante
- Robert Parker 2016: 92 puntos
- Robert Parker 2017: 93 puntos
- Robert Parker 2018: 93 puntos
- Guía Peñín 2016: 94 puntos
- Guía Peñín 2017: 94 puntos
- Guía Peñín 2018: 93 puntos
- Guía Peñín 2019: 93 puntos
- Guía 365 días: 93 puntos
- Guía de los vinos de Cataluña 2017: 96 puntos
- Guía de los vinos de Cataluña 2019: 92 puntos
- James Sucking 2018: 93 puntos
- Anuario de vinos 2018: 90 puntos
- Anuario de vinos 2019: 92 puntos
- Andreas Larsson 2018: 92 puntos
- Andreas Larsson 2019: 92 puntos
- Guía Gourmets 2019: 94 puntos
Se trata de un vino de un solo viñedo y el único vino blanco de les garnatxes de Scala Dei. Massipa está situada junto a la viña de Masdeu, con orientación sureste a 650 metros de altura y un suelo arcilloso rojo con incrustaciones de yeso. El viñedo plantado en 1974 es el único con uvas blancas de Cellers de Scala Dei. Un camino divide la viña por la mitad: a un lado está la garnacha blanca y, al otro, la chenin blanc.
Vendimiamos a la vez la garnacha blanca y la chenin blanc, cuando creemos que la garnacha está en su punto de maduración. En ese momento, a la chenin le faltan unos días para madurar, pero lo queremos así: de la chenin queremos su parte más ácida. Prensamos juntas las dos variedades, desfangando el mosto en un depósito de hormigón, donde fermenta a temperatura controlada.
Una vez finalizada la fermentación, el vino, para completar la crianza, pasa los tres primeros meses en depósito de hormigón. A partir de entonces, se mantiene en crianza estática con las lías finas dentro de un foudre.